La salpingoscopia es el examen del orificio interno de la trompa de Eustaquio, con la ayuda de un aparato (salpingoscopio) que se introduce en la nasofaringe pasando por el meato nasal inferior.

La trompa de Eustaquio es una estructura anatómica, en forma de tubo, habitualmente cerrado, que se extiende desde la caja del tímpano hasta la región nasofaríngea. Mide de 3,5 a 4 cm de largo y está tapizada por una capa de mucosa. Su función es regular las presiones dentro del oí­do medio, para proteger sus estructuras ante cambios bruscos y equilibrar las presiones a ambos lados del tí­mpano. Si las presiones no están equilibradas, el tímpano no puede transmitir las ondas sonoras de manera eficiente a través de la cadena de huesecillos hasta el nervio acústico. Se trata de un conducto recubierto por mucosa que es continuidad de las fosas nasales, con las que se halla en í­ntima relación. Las trompas pueden bloquearse por múltiples causas, entre ellas:

  • Resfriado común y otras enfermedades infecciosas de las ví­as respiratorias altas.
  • Infecciones crónicas del oí­do medio
  • Rinitis
  • Hipertrofia adenoidea
  • Alteraciones del tabique nasal

En los niños, la obstrucción de la trompa con las consiguientes complicaciones es más frecuente que en los adultos, por estar más horizontalizada, con lo que el drenaje de mucosidad desde el oí­do medio hasta la faringe es más dificultoso.

Si se produce obstrucción de la trompa de Eustaquio, entre la obstrucción y el tímpano se produce una reabsorción del aire acumulado, produciéndose un vací­o que condiciona una retracción del tímpano por presión negativa, después de lo cual puede generarse un acúmulo de cerumen, material purulento, sangre o cualquier otra colección lí­quida susceptible de infectarse. Esto dificulta la funcionalidad de la trompa y la audición.

La desobstrucción puede conseguirse mediante el bostezo, masticando o mediante maniobras de Valsalva.